domingo, 14 de octubre de 2012

HISTORIA DE ESPAÑA

LA PRIMERA GUERRA CARLISTA


    Los carlistas tuvieron gran influencia sobre el norte peninsular, dominando sobre todo las áreas rurales del País Vasco y Navarra y extendiéndose después a zonas de Aragón, Cataluña y Valencia por el este, Castilla por el sur y Asturias y Galicia hacia el oeste.

   Los liberales, por su parte, ejercieron su dominio sobre las principales ciudades del País Vasco y Navarra (Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona), sobre zonas concretas de Cataluña y Aragón y sobre el centro y sur de España.
Tal división se debía a la estructura social preeminente en cada territorio. La opción carlista era defendida por los sectores que más perdían al implantarse el liberalismo: nobleza rural y clero, así como arrendatarios enfitéuticos, artesanos arruinados y pequeños propietarios empobrercidos.
    Todos ellos desconfiaban de los profundos cambios que implicaba el régimen liberal (reforma tributaria, separación Iglesia-Estado, igualdad jurídica, etc.).
Por el contrario, el carlismo rechaza abolir los antiguos fueros o anular el particularismo tradicional del Antiguo Régimen, lo cual suponía establecer la uniformidad jurídica del Estado.
     La causa isabelina tenía mayor apoyo en las ciudades, donde se concentraban los sectores liberales, y en Andalucía, Extremadura o Castilla, donde la estructura de propiedad (latifundios) no permitía acceder a la tierra a los campesinos, que trabajaban como jornaleros.
    Por tanto, su apoyo a la liberación de las tierras a través de la abolición de los señoríos y otras trabas del Antiguo Régimen, dotaría al liberalismo de una amplia base social entre los sectores populares.