martes, 5 de febrero de 2013

Caricatura de La Flaca sobre el fraude electoral durante la Restauración

La Flaca era una revista que se publicó en Barcelona entre 1869 y 1876. De carácter  satírico y con tendencias liberales y fue para muchos la publicación más crítica e incisiva con la sociedad de su época.
Posiblemente, La Flaca nació como réplica a otra publicación que salía en Madrid llamada La Gorda y de un corte muy conservador.

La caricatura muestra una comitiva formada por numerosos personajes que satirizan los vicios electorales existentes durante la Restauración.
Sagasta, líder del partido liberal aparece triunfante sobre un embudo que representa el sufragio universal: la base electoral es amplia, pero la boca del embudo se estrecha aludiendo al fraude.
Va flanqueado por la figura de un guardia civil, que representaría el apoyo de las fuerzas del orden, y por un personaje que representa la coacción y la violencia en la que también se apoyaba el sistema.
Todos van a hombros de personalidades importantes, los caciques, cuyo papel era primordial al manipular la intención del voto, con el soborno o la coacción.
En la comitiva que los sigue podemos apreciar símbolos que representan otros vicios del sistema:
  • La compra de votos: una carretilla con votos con "votos al por mayor".
  • El falseamiento electoral o pucherazo está representado por las trampas o jaulas que aparecen en lugar de urnas.
  • Las figuras que llevan una banda representan a los ayuntamientos, carentes de libertad y controlados también por las fuerzas del orden (guardia civil).
  • Los partidarios o votantes de la oposición, maniatados y coaccionados, aparecen con un cartel como "que iban a votar", pero no han podido hacerlo libremente, controlados por las fuerzas del orden.
  • Tras estos aparece la violencia física, ejercida por los personajes con bastón. Destacan los lisiados que los siguen, en tal situación por haber votado en anteriores ocasiones.
  • Les sigue otra práctica habitual: el voto de "lázaros", que consistía en falsear el censo electoral para incluir a personas que ya habían fallecido para que alguien votara en su lugar;
  • Finalmente, el ejército aparece como garante del orden establecido.